lunes, 2 de diciembre de 2024

Formando discípulos para Cristo

La educación en la fe: Un regalo para toda la vida.
"Instruye al niño en su camino, y aun cuando sea viejo no se apartará de él" (Proverbios 22,6) 
La fe es un don, un regalo de Dios. Podemos decir que es una semilla que Dios planta en la concepción y
que a los padres les corresponde hacer crecer.  Y aunque esta afirmación pareciera ser conocida por todos,
la verdad es que muchos padres, le dejan este trabajo de acrecentar la fe en sus hijos,  a los catequistas,
a los abuelos o cualquier otro. Sin embargo, el Papa Francisco en la encíclica amores laetitia expresa
lo siguiente:
Pero me parece muy importante recordar que la educación integral de los hijos es «obligación gravísima»,
a la vez que «derecho primario» de los padres”
Por su parte el catecismo de la iglesia católica  es muy claro también, cuando dice que:
  “Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos.
Pues testimonian esta responsabilidad ante todo por la creación de un hogar, donde la ternura,
el perdón, el respeto, la fidelidad y el servicio desinteresado son norma.
La familia es un lugar apropiado para la educación de las virtudes.
(Catecismo de la iglesia Católica numeral 2223)

Si ponemos a Dios en primer lugar, la formación ocurrirá de manera natural sin forzarse.
Que tal que cuando una mujer está embarazada en vez de colocarle música de Mozart al bebe le permite
escuchar música instrumental católica. O cuando el bebe nace a la hora de dormir le canta el ave maria.
Cuando van creciendo en vez de contarles cuentos cualquiera, lee una historia de la biblia para niños.
Ser Católico debe ser nuestro estilo de vida 24 horas, 7 días a la semanas.
La fe debe permear todos los aspectos de la vida diaria.
Un gran aliado para llevar a cabo esta tarea es el testimonio. El ejemplo es un gran maestro.
Sean perfectos como mi padre celestial es perfecto (Mateo 5, 48)
Que papá y mamá vayan a misa cada domingo, oren al levantarse y al acostarse, bendigan los alimentos…
hará que en los hijos despierte el amor y el interés a las cosas sagradas.
Para ellos es necesario hacer caso a las palabras del Papa Benedicto XVI decía:

Los padres deben dar mucho, pero para poder dar necesitan a su vez recibir, si no se vacían,
se secan  Es necesario ir  integrándolos en las prácticas religiosas y mostrándole a Dios en cada acontecimiento de la vida diaria .
Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todas cosas os serán añadidas (Mateo 6, 33)

Sembrando la fe en el corazón de nuestros hijos.
Llevar a la práctica la educación en la fe puede ser un gran reto y sobre todo en nuestros tiempos,
sin embargo es cuestión de ponerle amor y paciencia. 
He aquí algunas actividades para llevar a cabo esta hermosa misión:
Tengan un altar familiar, Recen el Rosario y otras oraciones, con los niños y permitan que ellos
digan las oraciones aunque al principio no lo hagan correctamente.
Bendiganse unos a otros.
Cada año en la fecha de su bautismo, encienden la vela bautismal y hacen una oración de acción de gracias. 
Enseñen a los niños a signarse con agua bendita antes de salir de casa. 
Desde pequeños regalale objetos que lo conecten con su fe como muñecas de la Virgen Maria,de su ángel de guarda o de su santo patrón.
Realicen actividades según va cambiando el tiempo litúrgico algunos ejemplos: 
Para adviento: Preparen juntos la corona de adviento, pueden imprimir una y dibujarla
con los niños mientras les explican el significado de la misma.
Para navidad: Vean una película del Nacimiento de Jesus para niños, canten villancicos
alrededor del árbol de navidad.
En Cuaresma: Realicen uno o varios actos de caridad, preferiblemente ayudando a otros
niños en sus necesidades. Mediten juntos el via crucis para niños. 
En Resurrección:  Hacer un jardín que evoque los hechos de la resurrección.
Allí aprovechamos para narrar los acontecimientos.  Reúnanse con otras familias y dramaticen
la resurrección.
La educación en la fe de los hijos implica sin lugar a duda creatividad, amor, pasión y disciplina por
parte de los padres. Esto unido a una firme convicción que le da la fe en Cristo Jesús  y una formación
continua. Nuestra iglesia es rica en recursos y si necesitas apoyo no tengas miedo en pedirla.
Solicitar un consejo es de sabios y quienes mejor que nuestros adultos mayores para ello.
De igual manera les ayudará pedir la ayuda del Espíritu Santo y la intercesión de nuestra Santísima Madre.  

Los tiempos que vivimos son retantes pero nada que con amor y de la mano de Dios no
podamos enfrentar. Solo es necesario la voluntad, el entusiasmo razonable y  necesario.
Así que animense y no tengan miedo. Dios no pone en nuestras manos tareas imposibles.
El no elige a los capacitados, sino que capacita aquellos que elige.
Repitamos junto a San Agustín “Dame Senor lo que me pides y pídeme lo que quieras” y
finalmente les comparto una oración a la sagrada familia.

Oh Jesús, Redentor nuestro amabilísimo, que habiendo venido a iluminar al mundo con la doctrina
y con el ejemplo, has querido pasar la mayor parte de Tú vida, humilde y sujeto a María y a José
en la pobre casa de Nazaret, santificando a aquella Familia que había de ser el modelo de todas las
familias cristianas; acoge benigno la nuestra, que ahora se dedica y consagra a Ti.
Dígnate de protegerla, guardarla y establecer en ella Tu santo temor, con la paz y concordia de la
caridad cristiana, para que imitando el ejemplo divino de tu Familia, pueda alcanzarla toda entera,
sin faltar uno solo, la eterna bienaventuranza.
María, Madre de Jesús y Madre nuestra, con tu piadosa intercesión haz que sea aceptable a Jesús
esta humilde ofrenda, y así obtener su su gracia y bendición.
Oh san José, custodio santísimo de Jesús y de María, socorrernos con tus plegarias
en todas las necesidades espirituales y temporales, a fin de que en unión con María y contigo,
podamos bendecir eternamente a nuestro divino Redentor Jesús. Así sea.

(Extraído del portal desde la fe)




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