Quiero contarle algo que aprendí en una predica con un sacerdote a quien estimo muchísimo Alfonso del Orbe. No existe una cosa que asuste o cause más intranquilidad a un padre a una madre que ver a su hijo enfermo, no importa la edad que tenga. Uno quisiera poder ponerse en su lugar con tal de que ellos estén sanos. Sin embargo la vida es así tarde o temprano hay que pasar por episodios de enfermedad así sean leves comoel resfriado común🤒. Y dicho esto les cuento que mi niña mayor estuvo muy bien ayer y hoy de pronto amanece con fiebre si la temida fiebre. Lo que me llevó a recordar aquello que el sacerdote dijo en esa homilía hace ya unos años: yo no soñaba casarme pero me gustó tanto la idea 💡 que la escribí en mi memoria para utilizarla cuando Dios me permitiera tener hijos. Pues resulta que el día del bautismo se nos entrega una vela, un cirio que representa a Cristo Resucitado. La gente en el 99.9 % de los casos la utiliza ese día y luego la guardan y no vuelven a ponerle la mano y en muchos casos la pierden o la botan. Padre Alfonso nos decía ustedes deben guardarla y encenderla cuando el niño cumple años, cuando está enfermo, cuando se gradúa de la escuela, en cada momento de fiesta, de éxito o de enfermedad o crisis, en fin en las alegrías y las penas, encendemos por unos segundos esa veleta y pedimos a Cristo resucitado que bendiga, sane, libere, haga su voluntad en esa personita. Así que yo ahora pongo en prácticas su consejo y espero que tú también de ahora en adelante cuando tu hijo o tu lo necesiten enciendan la luz de Cristo en sus vida.
Dios les bendice. Un abrazo.
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